¿Qué nos dice la Consulta sobre el Uso de Celulares en los Colegios? El Pesimismo Pedagógico del 88%

Antecedentes

Durante el transcurso de este año el MINEDUC lanzó una encuesta para recoger la opinión de apoderados, docentes y directivos respecto a si se debe prohibir el uso de celulares en colegios. Esto a la luz de una serie de estudios como el publicado en año 2018 por la Universidad de los Andes que concluye que por cada hora de uso del celular un estudiante puede bajar hasta 3 décimas su promedio de notas. Una conclusión osada y alarmante que seguramente motivó a la autoridad para poder realizar esta iniciativa de consulta.

Los resultados de la encuesta son concluyentes: De las 97.845 personas que contestaron la encuesta un 88% (casi 86 mil personas) consideran que deben prohibirse los celulares en los colegios, en un universo en donde un 62% son apoderados y un 26% son directivos y/o profesores. A la luz de estos datos, utilizaré un lenguaje judeo-cristiano para levantar algunas conclusiones que me parecen de toda necesidad. 

1. Génesis Sesgada

Ya la encuesta en su diseño contempla un sesgo que motiva la crucifixión del uso del celular en los colegios. Veamos algunos ejemplos de preguntas:
  • "¿Qué efecto tiene en los aprendizajes de los estudiantes el uso de celulares en la sala de clases?"
La pregunta no se molesta en asociar un "para qué" en el uso, para integrarlo a alguna actividad de aprendizaje, como recurso didáctico o fuente de información: nada. Es decir, tenemos el celular en la sala y pensamos en la típica clase convencional del profesor/a, no hay duda que automáticamente en nuestro imaginario el celular se transforma en un distractor de los propósitos de enseñanza-aprendizaje. 
  • "¿Considera que el uso de celulares en los recreos ayuda o perjudica la sociabilización de los estudiantes (que interactúen y/o compartan con otras personas)?
Nuevamente, no se establece qué tipo de uso se le da al celular. Cómo si fuera una máquina monofuncional, y no el dispositivo multi-aplicación que es, que permite acceder a información, diseñar productos multimediales, y curiosamente "comunicar" (en consecuencia una plataforma para sociabilizar). Si miramos la comunicación bajo un prisma tradicional de expresión oral y presencial, evidentemente el estudiante esta despistado, y ha perdido habilidades comunicativas. Posiblemente hay una obsolescencia de formas de sociabilizar, ya no juegan ni interactúan como lo hicimos nosotros, pero también hay una extensión y reformulación de la comunicación propia de una generación tecnologizada, que no se mide, pero que también es sociabilización. 
  • "¿Cree usted que el uso de celulares en las salas, patios u otros espacios del colegio tienen un efecto en el ciberacoso entre los estudiantes?"
Claro que tiene un efecto, pero no es su causalidad. El acoso a existido desde que la escuela es escuela. Asociar a "una cosa" como la causal de un comportamiento humano, no resiste análisis. Mientras no se tenga clara la definición de tecnología como la extensión de facultades físicas y psíquicas del ser humano, se seguirá pensando en que "las cosas" tienen la culpa de nuestras falencias. El celular extiende actitudes positivas y también negativas, por lo tanto el problema es de orientación; del mensaje, no del medio. 

En consecuencia, presenciamos en esta consulta un instrumento que en su diseño y génesis buscaba generar conclusiones obvias en una mirada superficial del fenómeno de las tecnologías en el ámbito educativo, que no matiza en la polifuncionalidad de los celulares y que se queda en la visión simplista y critica del medio tecnológico. Se quería hacer ruido, y se consiguió. 

2. Pueblo Hipócrita perdido en el Desierto

Hay un 88% de los encuestados (incluidos apoderados y docentes) que concluyen que debe prohibirse el celular a los estudiantes en los colegios. A mi parecer es un acto hipócrita, más grande que Internet. Puntualicemos algunos datos en 3 inconsistencias:
  • Hipocresía de Apoderados: En Chile hay más de 28 millones de celulares (Casi 2 celulares por persona en promedio). Su uso se ha extendido transversalmente en los distintos estratos sociales y etarios, y se usa para relaciones personales y profesionales. Pues bien, sucede que debemos prohibirle el celular a los niños y jóvenes, mientras recibimos en nuestro celular un correo de nuestro jefe o un wathssap del cónyuge que pide que pase al supermercado a comprar el pan (o algún innovador haciendo la compra por encargo en pedidosya, rappy o Uber). Exigimos a nuestros hijos algo que esta lejos de medirnos a nosotros, como si internamente viéramos algo pecaminoso en nuestro propio uso del "teléfono inteligente". 
  • Hipocresía de los Docentes: El rol de la escuela y el curriculum escolar que debe dar respuesta formativa a las necesidades de la sociedad actual, entra en un cortocircuito brutal al extirpar el celular de su espacio procedimental. La más grande y versátil fuente de información y conocimiento que ha creado el ser humano en toda su historia (la confluencia del smarthphone e internet) se quiere exiliar de la institución gestora de conocimiento por excelencia. Una paradoja que no tan sólo habla de un pesimismo pedagógico de las tecnologías (Pedro, F. 2015) por parte de la institución escolar, sino que sencillamente de un conflicto de modelos de gestión del conocimiento que no esta resuelto, porque el diseño de la escuela se basaba en un mundo sin wikipedia en el bolsillo. La comunidad docente y sus directivos no saben integrar el celular y las tecnologías, y las han marginado de las iniciativas pedagógicas, por ello se observa al celular como un recurso de ocio ajeno a la tarea educativa, que ayuda a deformar porque su intencionalidad queda al arbitrio libertino de los estudiantes. 
  • Hipocresía del Sistema Educativo: La política pública relacionada con la inversión en formación docente sobre la integración curricular de las tecnologías ha ido en franco descenso en la ultima década, desconociendo la mutación tecnológica y su penetración sin orientacion en las nuevas generaciones. Enlaces, el centro de informática educativa del MINEDUC - Chile (actualmente Centro de Innovación), pasó de ser uno de los pilares de esta secretaría del Estado a principios del siglo XXI atacando la brecha de acceso a tecnologías, y ahora sólo es una oficina con acotados proyectos experimentales. 
En conclusión, llegamos a una cifra tan alta de rechazo a los celulares en el contexto escolar, porque se desconoce en lo más profundo cómo el dispositivo móvil puede ser una valiosa ayuda para el profesor en su quehacer docente (enseñanza), a pesar de la enorme evidencia científica y propuestas pedagógicas que orientan su integración curricular. Y más allá aún, el propio estudiante desconoce, o es nulo el reconocimiento que le da, a las propias tecnologías como herramientas de ayuda para su propia formación (aprendizaje).

3. Salidas Mesiánicas 

Como respuesta a los resultados de la encuesta, el gobierno por fortuna no accedió a la prohibición de celulares aludiendo que legalmente no puede hacer eso (algo contraproducente a la lógica de esta iniciativa). Como respuesta ha procedido a desarrollar 5 acciones concretas, que son:
  • Construcción de Orientaciones para la regulación de uso de dispositivos móviles en establecimientos escolares.
  • Formación en convivencia digital para padres y apoderados.
  • Seminarios de Ciudadanía Digital para docentes y equipos directivos.
  • Combate al Ciberacoso
  • Proyecto de Ley de Educación Digital
Es valorable la construcción  de orientaciones para regular el uso de los celulares en las escuelas, pues nadie cuestiona que el celular si no es integrado adecuadamente, se puede transformar en un distractor o un agente disruptivo para el proceso de aprendizaje. Estas orientaciones no tan sólo deben ir en favor de decir "cuando NO usarlos", sino que también "cuando SÍ usarlos". La formación metodológica y didáctica es fundamental para transformar los móviles en aliados del aprendizaje, ofreciendo ideas y prácticas exitosas con aplicaciones abiertas y con una factible integración curricular en amplios contextos.

Parecen a primera vista, muy limitadas las iniciativas formativas de convivencia digital y seminarios de ciudadanía digital. Mientras no se siga promoviendo en universidades y desde el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigación Pedagógicas (CPEIP) orientación y formación en las TIC, siempre estaremos un paso atrás. En un escenario líquido y cambiante como nos ofrecen las tecnologías emergentes, la tarea permanente es estar en permanente estudio de las fortalezas y amenazas que ofrecen estos recursos para la educación.

Será interesante observar que pasará con la iniciativa del proyecto de Ley, pero la experiencia nos dice, que el cambio legal no necesariamente logra un cambio cultural como el que se requiere en este momento. El proyecto no resuelve un tema que es transversal en el curriculum (y no una asignatura), y que tiene que ver con la legitimidad de las tecnologías y en particular de los smartphone como un recurso de apoyo a la labor educativa. Lo que se debe conseguir es ver al celular como un aliado para el aprendizaje, y no como la "mala junta" del estudiante. Aplicaciones como duolingo para inglés, edmodo como sala de clases para orientación, google earth para geografía, Geogebra para Matemáticas o el diccionario de la RAE para lenguaje, de algo nos pueden servir. 

De algo estamos seguros, esta encuesta sirvió para poner el tema sobre la mesa, aunque no fuera muy delicada en sus términos y fines. 

Referencias:

Comentarios

  1. Muy buena reflexión Elio, desde un comienzo se ha gestado está consulta para construir una realidad que diera pie a la política educativa que ya estaba maquinada desde antes incluso de la propia consulta en sí.

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Gracias por comentar en Sociotecnología Educativa.
@elioferser